Los cultivos de ingeniería genética ayudan a apoyar el control biológico de conservación



Los cultivos modificados genéticamente (OGM) que producen proteínas insecticidas de Bacillus thuringiensis(Bt) (principalmente proteínas Cry) se han convertido en una importante táctica de control para varias plagas clave de lepidópteros y coleópteros, principalmente en maíz, algodón y soja. Al igual que con cualquier táctica de manejo, existe la preocupación de que el uso de cultivos transgénicos podría causar efectos adversos en especies no objetivo valiosas, incluidos los depredadores de artrópodos y los parasitoides que contribuyen al control biológico. 

Dichos riesgos potenciales se abordan antes del lanzamiento comercial de cualquier nueva planta de OGM. Durante los más de 20 años, se ha adquirido una amplia experiencia y conocimiento a través de estudios de laboratorio y de campo sobre los efectos no específicos de los cultivos que producen proteínas Cry. En general, la gran mayoría de los estudios demuestran que las proteínas insecticidas desplegadas hoy no causan efectos adversos no intencionados a los enemigos naturales. 

Además, cuando los cultivos Bt reemplazan a los insecticidas químicos sintéticos para el control de plagas objetivo, esto crea un entorno propicio para la conservación de los enemigos naturales. Como parte de una estrategia general de manejo integrado de plagas (MIP), los cultivos Bt pueden contribuir a un control biológico más efectivo tanto de las plagas objetivo como de las no objetivo. 

El uso creciente de tratamientos de semillas con insecticidas en los cultivos de campo principales (Bt o no) puede frenar los avances positivos obtenidos a través de reducciones en los insecticidas foliares y del suelo. No obstante, la tecnología Bt representa una herramienta poderosa para IPM.

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Publicado: 06 de junio de 2019

Fuente: Biological Control

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